Banda: Pitbulls in the Nursery
Origen: Rambouillet - Francia
Genero: Progressive/Technical Death Metal
Contraseña: sancocho
En los (extraños) tiempos que corren, en los que el metal Extremo empieza a estar más que saturado, no es fácil encontrar grupos que te impacten a la primera de cambio, o incluso, que no te dejen indiferente. No obstante, hay grupos que lo consiguen, y Pitbulls In The Nursery son uno de ellos, aunque su propuesta sea un vórtice de caos, destrucción y originalidad que requiere mucha paciencia al oyente para llegar a ser digerida.
Su llamativo nombre, más propio de un grupete de colegas amantes del grindcore que de una banda seria, esconde a cinco talentosos músicos franceses de los que no se sabía demasiada cosa hasta el momento presente: Julien Foucauld ‘Panda’ (voz), Simon Thevenet ‘Saom’ (guitarra), Mathieu Commun ‘Mat’ (guitarra), François Ugarte ‘Francesco’ (bajo), Jerune Farion ‘Jerry’ (batería).
Su sello, Black Lotus, los presentaba como una versión death metalera de Fear Factory, pero es una comparación o idea, muy vaga e imprecisa. Lo de Pitbulls In The Nursery es una compleja red musical difícil de definir, a medio camino entre el death tecnico, el thrash/groove, e incluso el jazz. En este quinteto se funde, de forma increíble, la magestuosidad de los Death del «Symbolic» y el «The Sound Of Perseverance» con la densidad de los más desquiciantes Meshuggah… o la fuerza bruta de Dying Fetus con la elegancia de los eternos Atheist. Y no hablemos de otras influencias como puedan ser la fuerza rítmica de unos Fear Factory o la complejidad de unos Cynic.
Lo suyo es dar vida a canciones complejas y trepidantes, repletas de cambios de ritmo, en donde perfectamente (y de forma muy natural) un pasaje de puro death metal puede desembocar en otro más jazzístico, con patrones rítmicos totalmente asimétricos. En ellos, tiene sobretodo un papel fundamental la figura de Jerry, el batería, donde el término impresionante se queda ridículamente corto. Quien sabe si estamos ante un nuevo Gene Hoglan… En todo caso, el joven batería se ha ganado la inmortalidad en el estilo por sus enrevesados cambios, como por su extremo (y nunca mejor dicho) dominio de platos y pedales.
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